top of page

Trabajo (Mi tip de vida)

Actualizado: 8 sept

ree

Si lo que tú quieres es vivir de tu trabajo —y ojalá vivir bien— tienes que empezar por entender algo muy básico: nadie va a construir tu camino profesional por ti. Y si tú no lo diseñas con intención, te va a tocar seguir el camino que otros te pongan enfrente. Por eso, primero hay que hacer una pausa y responder con honestidad:

¿En qué disfrutas pasar el tiempo?¿En qué eres bueno de verdad?¿Dónde se mueve la plata con eso que te gusta y sabes hacer?¿Y cómo puedes hacer que eso también ayude a otras personas?

Cuando esas cuatro cosas se cruzan, ahí hay una pista clara de por dónde puedes empezar.

Pero no basta con saber eso. Después hay que mirar a los que ya están donde tú quisieras estar. Los que tienen ese cargo soñado, ese nivel de ingresos, ese estilo de vida. ¿Qué saben ellos? ¿Qué habilidades han cultivado? ¿Qué experiencias los volvieron expertos?

Y entonces sí: toca compararse. No para sentirse menos, sino para saber qué te falta. Qué tienes que estudiar. Qué trabajos tienes que vivir. Qué dolores toca atravesar para volverte alguien que ejecuta con excelencia y que crea oportunidades para sí mismo y para otros.

Ahora, seamos sinceros: formas de hacer plata con el trabajo hay pocas.

Una es trabajar en el mundo corporativo. Si creces, si lideras bien o te vuelves muy bueno técnicamente, puedes llegar a ganar muy bien. Pero toma tiempo. A veces 20 o 30 años.

Otra es emprender. Montar una empresa —grande o pequeña— que te permita no solo vivir, sino construir algo propio. Eso sí, requiere cabeza fría, muchas agallas y una tolerancia decente al fracaso.

Otra más es entrar en el mundo de la política o el gobierno. Es un camino que puede dar poder y estabilidad, pero cuando no se tiene claridad ética ni conocimiento empresarial, muchos terminan tomando decisiones equivocadas. Por eso, desconfío de los políticos que nunca han tenido que pagar una nómina o entender una factura.

Y claro, está el camino fácil y tramposo: lo ilegal. Pero ese, aunque parezca rentable a corto plazo, siempre cobra una factura más alta. No caigas en eso.

¿Mi consejo? Trabaja tus Power Skills. Esas habilidades blandas que son en realidad las más difíciles de conseguir: saber manejar tu tiempo, tus emociones, los conflictos, los proyectos. Comunicarte bien. Escuchar. Adaptarte.

Y al mismo tiempo, cultiva una base técnica mínima: entiende de negocios, aprende herramientas tecnológicas (aunque no sepas programar), y domina lo básico de marketing, ventas y crecimiento. Porque si sabes vender, negociar y hacer que algo crezca, siempre vas a tener cómo salir adelante.

Eso sí, si tienes una especialidad y eres realmente bueno, tampoco necesitas saber de todo. Pero incluso el experto más técnico necesita comunicarse, resolver conflictos, y manejar su tiempo para que el talento no se quede solo en buenas intenciones. Al principio, no te fijes en cuánto ganas. Aprieta tus finanzas si toca. Pero busca oportunidades donde puedas desarrollar tus power skills y aprender conocimientos de industrias, personas y experiencias.

Al final, trabajar no es solo hacer lo que te toca. Es crear, ser y hacer. Es construir un sistema que te permita crecer, aportar, y vivir con dignidad. Por eso, aprende a disfrutar tu trabajo y a verlo cómo un juego. Un juego que se se diseña. Paso a paso. Un día. a la vez.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


  • Linkedin
  • Instagram

Do Justly
Love Mercy
Walk Humbly

Fotografía y contenido original.

bottom of page