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Espiritualidad y ciencia

Actualizado: 13 oct

Querid@ lector(a):

Mi propósito es impulsar personas, pero no sé cuánto tiempo me queda de vida.

Eso me llevo a escribir mi filosofía espiritual/energética desde mi prisma (mi forma de ver de la luz). A la mayoría de personas nos cuesta conectar a Dios y la ciencia en una sola narrativa.

Pero, que algo sea espiritual no significa que no afecte lo físico. La ausencia de amor, o la ira, frustración y la tristeza, no tienen masa ni volumen, pero modifican tu cuerpo y decisiones. Por eso, si vos quieres crecer en lo profesional o financiero, primero deberás crecer en lo personal. Pero, no hay nada más personal que Dios.

Indice:​ Pd: puedes leerlo en desorden y evitarte lo personal.

  • Del "drama" al asombro (personal)

  • Exploración sin fronteras  (personal)

  • Dios, el científico 

  • Lenguaje y matemáticas, el código fuente del cosmos

  • Capas de información y propósito

  • IA como espejo de la mente divina

  • Belleza detrás de la data

  • ¿Por qué es difícil entender la Biblia?

  • El problema del mal

  • Dios hecho carne

  • Dios cuántico

  • El poder de la mente

  • Mi visión del paraíso

  • Una invitación racional

  • Un liderazgo prestado  (personal)

  • Mi conclusión  (personal)


Del "drama" al asombro

Crecí entre creyentes pero eso me traumatizó. Pastores, teólogos y misioneros formaban parte de mi día a día. Aun así, a los 11 años rechacé abiertamente la idea de Dios, aferrándome a argumentos científicos. Más de 15 años después entendí y acepte que todo comenzó en mi corazón, y no en la lógica de la mente. De niño me sentía incómodo en mi propia piel: hablaba demasiado, tartamudeaba cuando me ponía nervioso y fui blanco de bullying… incluso en la escuela dominical. Las heridas en la autoestima, y una que otra historia triste, me llevaron a malas decisiones...alcohol normalizado, fiesta en exceso, sexo sin propósito, drogas "para conectar", abortos planeados, entre otros. Acabé coqueteando con la muerte, hasta desearla. En el fondo me dejo de importar todo. Sin embargo, en cada abismo, en cada hueco, sucedía algo que sólo puedo describir como milagros. Una mano invisible ayudándome y cuidándome. ¿Todo era pura casualidad? ¿Azar cósmico? 

 

Exploración sin fronteras

Decidí buscar respuestas, pero yo no quería la religión de mi familia. Por eso aprendí a meditar en Sudáfrica, entré en templos budistas de Tailandia, probé yagé con indígenas amazónicos. Sumergí mi mente en ciencia, filosofía y todo tipo de religiones. Aprendí mucho… crecí, conocí gente genial, pero nada llenaba el vacío existencial. Ni tampoco nada lograba conectar la verdad en una sola narrativa. Trece años después de rechazar a Dios, un joven pastor me escribió desde otro país. Me hablaba como si conociese el detalle de lo que yo estaba viviendo, algo que no tenía sentido racional. Razón por la cual acepte su el reto que me puso. Examinar a Jesús, su Dios, con rigor intelectual. En el fondo yo quería refutar la fe de mi madre; pero terminé abriendo un expediente como si investigara la trama más compleja del universo. Estos son algunos de los aprendizajes que he intentado aterrizar para ti.

 

Dios, el científico

Hay un gran ingeniero detrás de toda ecuación elegante que alguna vez hayas estudiado. La secuencia de Fibonacci, el ajuste fino de las cuatro fuerzas fundamentales, entre otras: cada número y cada formula que descubrimos apuntan a una mente ordenadora. En la medida que estudiaba el universo, entendí que hay que tener mucha fe para creer que todo esto es casualidad. Como ateo yo no logré responder porque "algo" salió de la "nada", o porqué del caos se produjo el orden, porqué nació vida donde no había vida, porqué la razón vino espontáneamente de donde no había razonamiento, porqué hay tanto diseño en el universo. Creer que todo esto es casualidad requiere más fe que creer que hay un ser que nos diseñó y nos ama.


Los antiguos dicen que “En el principio” (tiempo), “Dios creó los cielos” (espacio) “y la tierra” (materia). Tres elementos, cada uno con su propia “trinidad”: el tiempo es pasado, presente y futuro; el espacio tiene largo, ancho y alto; la materia se presenta como sólido, líquido y gas. Esta fue la primera expresión de diseño integrado desde el primer segundo, pues no puedes tener uno sin los otros dos. Sin espacio, la materia no tiene dónde estar. Sin tiempo, no hay cuándo ubicarla. Los tres aparecen al mismo instante, y la física moderna lo confirma: son un continuo.

Lenguaje y matemáticas, el código del cosmos

En el contexto social, las personas creen que las personas nos inventamos el lenguaje. Pero los linguistas entienden que es una construcción de la que participamos pero que obedece a unas lógicas que están por encima de nuestro control. Parecido a lo que sucede en el ADN, o las matemáticas, la física, música, entre otras lógicas del universo. Esto realmente me sorprende pues la lógica formal de la gramática interna del lenguaje se aleja de ser un arte improvisado, o creado por nosotros. El universo esta lleno de información organizada. Piensa que la Biblia nos enseña que en el principio era el Logos; logos es palabra, razón y estructura al mismo tiempo. Y esto lo confirma la física cuántica, pues ella nos enseña que  la materia no es más que energía colapsando en formas según la conciencia que la observa. Por eso parece como si el universo fuera un pensamiento sostenido en la mente de Dios. Es decir, Dios infinito, sostiene un universo que se expande, dentro de si. Dios no es el universo. Es por esta idea que algunos se confunden pensando que “somos Dios experimentándose a sí mismo”, ya que la realidad es gracias a él. Entiendo por qué suena bien, pero ahí está el error que incluso cometían las culturas antiguas: no somos dioses. Dios crea el Universo. Por lógica, Dios, queda fuera del sistema, como un ingeniero que programa un computador. Él no vive en los circuitos, no es los circuitos, pero los controla en su software (lenguaje) y los contiene en el hardware que creó (propiedades del universo).


Aquí imagino, para que te hagas una idea, a Dios como una gran fuego, eterno, que lo abarca todo, es todo. Este fuego, lleno de amor y consciencia, decide crear nuestra realidad, liberando mucha energía dentro de si. El Big Bang para crear nuestro universo fue planeado. El lenguaje entonces se organiza en niveles interdependientes y en forma de fractal, asumiendo múltiples variaciones en la física, química, biología, cognición, ADN, cultura. Cada capa de datos tiene su lógica, formulas, patrones, y jerarquías. Y esto es importante porqué todo esto sugiere diseño coherente, y no un accidente multi-etapa victima de la casualidad. Vivimos en una realidad que es extremadamente racional para cree que todo fue por casualidad. Ahora bien, en la antigüedad, la cultura Judía no se atrevía a mencionar el nombre de Dios. Tampoco hacían estatuas o imágenes pues no lograban dimensionar a Dios en una sola cosa. En ocasiones, relacionaban a Dios con el fuego, y tenían múltiples palabras para describirlo, pues era imposible encajarlo en una sola palabra. En esa época, las culturas tendían a creer en múltiples dioses, con estatuas y ritos. Pero en medio, había una cultura, esclavizada en varias ocasiones, que sentía en su corazón que escuchaban a Dios y lo veían manifestarse de múltiples formas. Todas señalando que tenía un plan, para arreglar todo lo que nosotros dañamos. IA como espejo de la mente divina

Cada vez que entrenamos un modelo de inteligencia artificial convertimos caos de datos en orden significativo. Imagina tu cuarto lleno de palabras que se conectan en la medida que necesitas algo. Los modelos de lenguaje representan significado en coordenadas en espacios N-dimensionales, donde la distancia equivale a información comprimida. La IA sólo recoge y procesa esta información que se compila en coordenadas para que dependiendo de lo que tu pidas, te pueda decir algo con coherencia. En ese sentido, la IA no piensa realmente, pero si que conecta bien y organiza los datos. Quienes pensamos somos los que la utilizamos. Pero fuera de eso, nuestra creación artificial necesita energía, mucha energía, y supervisión constante; si la abandonáramos, el sobre-ajuste la arruinaría. Comenzarían las alucinaciones y contradicciones. Esto nos recuerda que la inteligencia y el significado no surge sin una fuente intencional que fije objetivos y costos de error. Por eso, el ajuste fino del universo delata a un Programador impecable. La cantidad de energía que ha utilizado, nos habla de una fuente original, ilimitada, coherente, perfecta. Sólo un ser eterno, energéticamente perfecto, podría contener tal poder. No sólo el poder para crear, sostener, si no luego para dar vida eterna, y significado a cada dato/información=vibración.  Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas subsisten.

Belleza detrás de la data

Los físicos dicen que hay ecuaciones que parecen elegantes desde una perspectiva estética. ¿Crees que es casualidad que los mejores científicos sean creyentes? Hay muchas ecuaciones que son simples y compactas pero que explican realidades inmensas. ¿Pero por qué la belleza se alía con la verdad? Porque ambas derivan de la misma Persona: Dios manifiesta su gloria a través de la coherencia y belleza. Dios creo una realidad que lo delata, no sólo por números o lenguaje, si no por el propósito detrás de cada cosa. Mi ejemplo favorito de belleza detrás de la data con propósito, es la música.  La música es un descubrimiento, pues es un lenguaje organizado que una vez lo entendemos, podemos jugar con el. Se basa en frecuencias que tienen una relación matemática que no inventamos nosotros. Y si, cada canción obedece a la creatividad del artista, pero emerge dentro de las posibilidades de unos patrones que descubrimos. Y ojo, he conocido músicos que sin entender nada de teoría musical, pueden crear hermosas y complejas canciones. Lo hacen jugando intuitivamente, sobre lo el universo de la música que se nos fue dado. Por eso me gusta traer este ejemplo. Porqué el propósito de la música sólo puede ser elevar la experiencia de un ser consciente. Como músico que soy, he entendido que todo lenguaje nos permite conocer y relacionarnos con Dios y nosotros de una forma distinta. Seguro a ti te pasa que según el tipo de música que escuchas, sientes cosas distintas. Incluso con canciones que no tienen letra. Esto nos permite entender una lógica fundamental de nuestra realidad: Las personas podemos jugar con ella, y alterarla. Para nuestro bien y para nuestro mal.

 

¿Por qué es difícil entender a Dios y la Biblia?

La biblia es como una biblioteca, que tiene más de 60.000 referencias cruzadas entre sus libros. Profecías, mensajes, consejos e historias que se conectan entre sus libros para hablarnos de Jesus. Para un humano escribir algo así sería una hazaña casi imposible. Pero por si las dudas, hoy se puede rastrear los textos originales que requirieron 1500 años y 40 autores distintos hablando hebreo, arameo y griego. Por eso, cada pasaje exige volver a ese momento histórico para captar su intención original y evitar anacronismos que distorsionan el sentido. Los autores vivían en contextos culturales, políticos y lingüísticos muy distintos a los nuestros, que desde el imperio Romano, se ha mezclado entre múltiples culturas, produciendo malentendidos. 

Voy a poner un ejemplo. Muchos imaginan la palabra “espíritu” como un fantasma (Gasparin), cuando רוּחַ (rûaḥ) y πνεῦμα (pneuma) aluden al  soplo de Dios, al viento, aliento que procede de Dios. No se traduce cómo energía perse porque en la época no existía la energía electrica cómo lo entendemos. Todo era fuego y soplo. Un soplo dinámico y personal que da y sostiene la vida. Un soplo que nos acompaña a cada uno. En la modernidad encaja muy bien con la palabra energía. Leer la Biblia, por tanto, implica conocer su trama global, escuchar la voz plural de sus autores y afinar el lenguaje para que el lector moderno no confunda las palabras con sus propios juicios y prejuicios; de lo contrario, corremos el riesgo de relacionarnos con Dios como con un desconocido del que solo hemos oído rumores. Críticando cosas que no son ciertas. Ahora, antes de continuar es importante rconocer que nunca vamos a entender del todo a Dios. No podemos ni sostener la cantidad de información y energía que requiere. Seríamos Dios. Pero aún así, Dios nos deja pistas en la realidad. Dios nos ama y nos podemos relacionar con él sin entender todo lo que te voy a intentar explicar. Pero... también diseña y nos enseña. Y claro, aprender más, profundiza la relación que puedes tener con Dios y contigo.


El problema del mal

Trabajar con víctimas del conflicto armado Colombiano me permitió entender que hay historias y traumas que parecen ficción. De alguna u otra forma, todas las personas del mundo, estamos sufriendo de alguna u otra forma. En esta realidad temporal, hay historias tristes y otras que son muy tristes y desgarradoras. Y en esas tragedias, es normal hacernos preguntas sobre el dolor, la injusticia, la guerra, la muerte y su relación con Dios.

Dios no orquesta nuestras desgracias; todo lo contrario, las sufre con nosotros. Es el mal el que hace que tú seas cómo eres y todo es una consecuencia del mal. El mal juega con todo. En ocasiones el mal hace cosas horribles a la vista de todos, pero en ocasiones incluso utiliza argumentos y lógicas morales para hacer más mal. Pues al final no está en contra de lo moral, si no de Jesus. El mal espiritual, parte de una misma lógica del bien, tener libertad. Dios quería amar y ser amado. Pero lo bueno, perfecto y eterno, no puede convivir con lo malo. La convivencia de lo puro con lo impuro lleva a la muerte. Dios es tan puro que en su naturaleza primaria cósmica, quemaría todo mal que intentará entrar en su realidad. Por eso, energéticamente hablando, la humanidad, al elegir ser su propio centro, se alejó de la fuente de vida. O más bien, Dios desconecto su espíritu la realidad que había creado para nosotros, al punto que las propiedades de nuestra naturaleza cambiaron. Lo que antes era eterno y perfecto paso a ser temporal y víctima de nuestros propios actos. Esto sucedió porqué lo perfecto no puede estar con lo imperfecto. Lo puro no puede convivir con lo impuro sin una consecuencia. La muerte. Pero es muy fácil por lo siguiente:

  • Amarme a mí mismo por encima de todo conduce a un ego desmedido.

  • Amar a los demás ignorando a Dios desemboca en vínculos tóxicos.

  • Amar a Dios sin amar al prójimo degenera en fanatismo 

Todo esto hace que la misma biblia reconozca que, en esta realidad, a las personas buenas les suceden cosas malas, y a las personas malas les sucedan cosas buenas, porqué no estamos en la realidad de Dios, si no en la nuestra. Lo poético de la situación, es que ante la situación, el espíritu de Dios, ese mismo que dio vida, comenzó a relacionarse con los humanos, hablándole al único pueblo que en ese momento creía en Él. Él espíritu siguió acompañando a la humanidad pero super enfocado en una cosa: preparar todo que llegara Jesus. Son más de 300 predicciones que se hicieron durante miles de años, y que todas las cumplió Jesús.

Sobre esto, las biblia no entrega un tratado sistemático, pero sí da pistas contundentes. Antes de que Adán y Eva (hombre y mujer) fueran tentados, ya había ocurrido otra caída: la de un ser brillante, “Lucero, hijo de la mañana”. La Biblia describe su hundimiento con una precisión que, más que satisfacer curiosidad, revela una lógica espiritual. No se trata de un Dios que inventa el mal, sino de qué sucede cuando un ser finito—por magnífico que sea—deja de ser sostenido por el Bien infinito. Dios es quien “puede guardarnos sin caída”. Él mantiene unida la realidad; “en Él subsisten todas las cosas”. Cuando retira por un instante ese sostén—no por capricho, sino para exponer la verdad de lo creado—aflora lo que hay en el corazón de la criatura. donde había resplandor prestado, apareció orgullo propio y una naturaleza que parece animal. El mal no brota de Dios; surge cuando lo finito pretende bastarse sin la Fuente. Esta visión no hace de nosotros marionetas ni convierte a Dios en autor de la maldad. Expone una tensión real: la creación necesita ser sostenida energéticamente hablando; al rehusarse a ese sostén, se quiebra. La violencia nace de ahí: del corazón que, para sostener su auto-entronización, empieza a negociar, controlar, comerciar con lo sagrado. Y así, todos nos volvemos demonios de otros, y todos consumiendo los demonios de todos (el dinero, el sexo, poder sobre otros).

Nuestros otros Dioses

La mayoría de personas no sabe que tiene un altar en el corazón. Pero todos lo tenemos. Y ahí ponemos lo que más tememos, lo que más deseamos, o lo que más nos duele. A veces ponemos a Dios. Pero la gran mayoría de veces ponemos una herida vieja, adicciones o incluso expectativas. Y sin darnos cuenta, terminamos viviendo para eso.  Esta es la expresión de ese desequilibrio en nuestra mente: pues es el miedo, el egoísmo, la violencia y el dolor lo que por momentos nutre nuestros pensamientos. Desde una perspectiva de conciencia y psicología, adorar a otros dioses es el ejercicio de priorizar tu atención.

Sea de forma consciente o insconciente. Esta jerarquia de preferencias, que impulsa tus decisiones primarias, es lo que tu "adoras". Aunque algunas personas deciden hacer el mal conscientemente. La mayoría, sólo son victimas de si mismos y sus relaciones tóxicas, en ocasiones mezclando traumas, y mala gestión de límites. En ese proceso terminan haciendo mal que en el fondo de su corazón no quieren hacer. Pero que igual en nuestra debilidad puede ser comprensible. Te pongo un ejemplo que me gusta. En la biblia podemos ver que una vez Noe se bajó de la Arca, se metió una gran borrachera. Pero, pese a la gran pea que se metió, Dios no le dijo nada. Pero si señalando la mala conducta que tuvo el hijo de Noe pues se estaba burlando de su papá que corría desnudo en medio de la embriaguez. Fíjate entonces que Dios nos entiende. Esta bien sufrir o vivir una gran tribulación. Pero el gran problema es lo que hay en nuestra mente y en nuestro corazón. Esto me llevo a una conclusión interesante: la psicología te puede ayudarnos a entender el dolor humano, pero sólo la fe en Cristo puede darle sentido. Si piensas en tu día a día, ¿Qué verían las personas sobre tu mente y corazón? ¿Qué gobierna tú mente? ¿Miedo? ¿Ansiedad? La mayoría de los disparadores de nuestra consciencia no son sanos. Parecido a la IA, tenemos nuestras psicosis cuando cruzamos las ideas incorrectas, que además están impulsadas por sensación de abandono, y la falta de sentir amor puro y verdadero. Pero todo esto en el contexto, de una muerte espiritual que debe ser restaurada. ¿Pero porqué las cosas son así y no de otra forma? ¿Porqué Dios no arregla todo con un chasquido de sus dedos como Ironman en la pelicula de los Vengadores? 


Dios hecho carne

Los Judíos de la época no tenían claridad sobre esperar del Mesías. Para ellos Dios, era un ser tan poderoso, que no se atrevían a encajarlo ni en una palabra, ni en algo reducido como la mente humana. Aún así, sus expectativas eran altas. No sólo por moralismos, si no porqué fueron esclavizados varias veces por múltiples culturas. Por eso, soñaban con un líder para destronar, en este caso, al imperio romano. Como Dios les decía que no sólo creo esta realidad, si no que el vendría a solucionar todo lo que estaba mal, fue difícil entender lo que estaba pasando con Jesus. Él Mesías  no fue un conquistador armado, sino un carpintero que expuso las lógicas del Reino (su realidad) con palabras, milagros (marketing para la época) y una entrega radical. Su muerte fue tan brutal que desfiguró su rostro y cuerpo, lo cual se documento por múltiples fuentes de la época. No se sabía si era hombre o mujer. Pero más bello, es que su muerte y resurrección, alteró la lógica del cosmos. Jesus pago la deuda energética por nosotros, permitiendo que podamos elegir a Dios y la vida eterna por su gracia, y no por nuestros actos. En la cruz, la justicia y la misericordia se besaron, o si no ¿Qué hacía Dios ahí? Jesus nos permitió que que en esta vida podamos experimentar su Espíritu de forma fluida (cómo lo vivió él y los discipulos). Esto lo hizo para dos cosas: 

  • Acompañarnos. Trae una paz que desafía las circunstancias y, a veces, capacidades que superan lo natural. Algunos le llaman dones y frutos del espíritu. 

  • Romper el ciclo. Inyecta en nosotros la energía necesaria para renacer. Sólo debemos aceptarla.

Como yo lo entiendo, Jesus, es el avatar de Dios (Fuego eterno y soplo de su espíritu personal), que fue diseñado para interactuar con nosotros en la eternidad. Él debió meterse en esta realidad, para poder cambiar la lógica cósmica y energética, y con eso en la eternidad será nuestro hermano mayor. Nuevamente.


Dios cuántico.

Dios, como ser, es distinto a nosotros, pero nos hace a su imagen y semejanza desde una perspectiva de consciencia y libertad. El universo, desde una perspectiva matemática, se comporta cómo un fractal, en el que ciertas lógicas se mantienen pero en otras escalas. Ejemplo, nuestra red neuronal en el cerebro está diseñada cómo la red de las estrellas. Dios Padre, la energía grande y totalizante, crea el universo para que podamos interactuar con Él en un entorno que lo permita. Nuestra alma (que para el judío sería la composición de cuerpo, mente, corazón, y consciencia) era eterna, y por eso el espíritu de Dios nos daba vida eterna. Pero va mucho más allá.

Dios no solo se relaciona con nosotros desde la Trinidad —ya compleja de comprender— sino también desde las personas que co-habitan con su espíritu. No es simplemente omnipresencia u omnipotencia como fórmula devocional, sino una presencia real que se derrama en la historia y en las personas. Y ojo, todos podemos sentir ese “soplo” que algunos intuyen como una chispa interior.

Cuando alguien pide una confirmación a Dios, suelo decir: habla con varias personas que lo conozcan; en la multitud de consejeros aparece la sabiduría de Papá. Pues, muchas veces, sin ponernos de acuerdo, diferentes voces te dicen lo mismo. Para mí, eso no es azar: es Dios. Si no eres creyente, quizá no lo entiendas del todo, pero sucede. Su Espíritu es independiente de nosotros, y cuanto menos nos imponemos, más libres somos. A la vez, su presencia nos transforma por dentro: renueva identidad y lógica, como si reactivara un hardware espiritual que se desconectó al inicio de nuestra historia. Jesús vino a re-habilitar ese puerto. No porque lo merezcamos, sino porque Él es, Él puede y Él quiso hacerlo posible sin violentar nuestra libertad.


¿Qué termina de hacer esto cuántico? Dios está por encima del tiempo y del espacio tal como los entendemos. Para él hay 3 realidades. La anterior a esta, la nuestra, y la versión eterna y perfecta 2.0. No es una rueda del Karma, eterna, ni un universo congelado cómo dirían los científicos .Para Él, lo que “va a pasar” en esta tierra, ya pasó. Por eso, en nuestra libertad no contradice sus reglas y fundamentales: Somos libres y a la vez hay un destino. Así cobra sentido el episodio en el que Jesús promete al ladrón que esta crucificado junto a él y arrepentido. Jesus le dice: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. No se trata de “saltar” etéreamente al cielo, sino de entrar en la lógica eterna donde la resurrección del cuerpo —un cuerpo real, pero eterno— ya es verdadera. Morir no es desaparecer: es atravesar el umbral hacia la realidad que Cristo abrió. Aquí converge otra intuición: muchas culturas perciben que algo en nosotros debe “morir” para nacer de nuevo. Ninguna tradición seria lo contradice de fondo. Lo radical en Jesús no es la metáfora, sino el hecho: Él murió y resucitó para tornar posible nuestra nueva vida.En esta vida, si caminas con Dios, todo cambia. Nunca dejas de aprender, asombrarte y crecer. Pero lo crucial no es solo lo que vives aquí, sino la decisión real del corazón: amar a Dios y relacionarte con Él. Si lo haces, “naces de nuevo” cuando cruces el umbral. Si decides no hacerlo, mi lectura de las Escrituras es que no hay segunda elección post mortem: la vida eterna o la no-existencia. Es duro, pero honesto con la libertad que Dios nos concedió.Nada de esto demanda perfección previa. Pide sinceridad, amor y aceptación, tanta como la que él nos ha dado.

Todo esto, Dios, no lo hizo como un experimento social para ver que pasaba. Si no que Dios diseño todo para que pudiésemos apartarnos de él en libertad, volver a él en libertad, o pagar las consecuencias.

El Mesías no solo abrió una puerta; desplazó el eje del tiempo. Para Él, nuestro pasado, presente y futuro caben en un “ahora” que no violenta nuestra historia, pero la envuelve en sentido. Por eso puedes hablar de tres niveles de realidad sin caer en esoterismo: 1) la previa a esta creación, donde el Logos deliberó amar; 2) la nuestra, fragmentada y sostenida; 3) la restaurada, donde el cuerpo es cuerpo y, a la vez, incorruptible. La resurrección no es metáfora útil: es la reconfiguración material de la vida en la frecuencia del Amor.

 

El poder de la mente 

Esto me llevo a entender que no somos seres humanos viviendo vidas espirituales. Somos seres espirituales viviendo vidas humanas. La mente  no está diseñada solo para recordar: está diseñada para crear. Y Dios y su realidad responde a esa creación. No con moralismos, sino con coherencia. Si siembras pensamientos cargados de miedo, recoges relaciones que confirman tu miedo. Si siembras pensamientos de verdad, empiezas a atraer escenarios donde puedes ser tú, sin tanta máscara. Lo que sostienes en ese altar —tu pensamiento más constante, tu emoción más profunda— se vuelve carne. Se convierte en tu realidad. Por eso no es solo un tema de fe, es un tema de estructura interna. Así como un arquitecto necesita un plano, tu vida necesita una intención. Y si no la decides tú, la decide tu trauma. O tu miedo. O el primer pensamiento negativo que se te cruzó esta mañana y no cuestionaste. Te pongo un ejemplo: si tú te levantas todos los días creyendo que no eres suficiente, aunque en teoría “creas en Dios”, en la práctica estás adorando tu inseguridad. Porque a eso le das espacio, energía y dirección. Eso es lo que guía tus decisiones. Tu altar no es lo que dices que crees. Es lo que alimentas a diario con tu atención. Y es ahí donde Dios entra a darte una mano. No necesitas ser perfecto, dar dinero, o hacer una "guerra santa". Lo único que pide es que elijas su rûaḥ todos los días, que quieras conocerle, estudiarle, orarle, escucharle; Con esto, activa una red que no es solo intersubjetiva —como sugeriría Habermas— sino una red espiritual cuántica de presencia: Dios te habla, y también, a través de otros. Fuimos creados por Dios, en amor, para estar con Él. Y solo si aceptamos ese amor, así será. Pero eso si, negarse implica que, al encontrarte con la perfección, la imperfección se consuma y deje de existir. No habrá cámaras de tortura, reencarnaciones eternas, ni retornos como animales: Será la vida eterna o la muerte definitiva.

Mi visión del paraíso

Cuando sueño con el mundo restaurado imagino esta tierra pero perfecta y eterna: Podré tener tiempo para conversar con Jesus sobre muchos temas, pero también tiempo para estar con mi familia, con los hijos que perdí, tiempo para tocar música con miles de instrumentos, tiempo para crear/liderar proyectos, y tiempo hacer deportes con mis amigos y animales míticos (aquí entra mi imaginación). Todo lo bueno, sin afán, eternamente. ​


Invitación para esta vida: 

Dios anhela una relación contigo no que seas una persona perfecta. Dios quiere que le entregues tus miedos, tus luchas, y que quieras conocerlo, experimentarlo. Y no sólo porqué te puede dar perspectiva en este momento de tu vida, si no porque te quiere para toda la vida. Por eso Dios te habla mediante su Palabra (biblia), pero también con la voz de otros o situaciones inesperadas. Pero para aceptar debes sanar. Comienza por perdonarlo y reconocer que el mal no proviene de Él.  Perdónate también y  de paso perdona a los demás. En ocasiones no podemos creer no porqué los hechos y los datos sean ausentes, si no porqué estamos sufriendo y nuestro corazón esta herido, frío. Pero cuanto más te acercas, más tangible se vuelve su amor y su racionalidad. Descubres que no es una fuerza impersonal ni una ecuación: es una Persona que te amó primero y no se rinde.​​​ Esta aquí a tu lado mientras lees, sintiendo lo que sientes. 

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Liderazgo prestado

Si algo define mi vida es esto: de milagro no estoy muerto. Sin merecerlo, he recibido oportunidades de liderazgo desde las que hoy impulso a otros. Durante años creí que se trataba de mi vocación, hasta comprender que era la excusa perfecta para compartir el amor que primero me alcanzó.

Emprender, crear tecnología, resolver problemas, dictar cursos, movilizar voluntarios, levantar inversión… Todo es plataforma para apuntar a algo infinitamente mayor: Jesús te ama y murió por ti. Lo hizo por mí. En el fondo todo lo que hago es más por disfrute a lo que hago, y por conectar con las personas para transmitir una versión más realista sobre Dios. En el fondo creo que el futuro ya esta escrito. Y que lo entiendas o no. Esta vida, es sólo el inicio.​ 

Una invitación racional y relacional

Al final, toda nuestra experiencia humana parte de nuestra cosmovisión sobre el universo, y nuestra relación con lo material e inmaterial que nos rodea. lo bueno con esto, es que incluso en esta realidad, aun en medio del infierno cotidiano, Dios nos ofrece una paz que sobrepasa todo entendimiento. Yo entiendo que todo esto es difícil de creer. No te pido que me creas a ciegas. Una relación requiere elección. Por eso te invito a indagar: cuestiona, contrasta datos, lleva tus dudas a las mejores aulas o laboratorios. Yo recorrí medio mundo buscando sentido y terminé encontrándome con Él. Nuestro Dios no es un cuento de ficción, es ese todo, que todo lo sostiene, todo lo entiende. Tanto, que no te esta pidiendo nada más que lo aceptes en tu vida, y te quieras relacionar. No se trata de dar dinero, o hacer obras sociales, se trata de una amistad a construir. Una amistad con Él mentor de mentores.  

Tener a Dios no me hace mejor que tú—ni se si decir si soy más feliz, pero hay una paz que no logro explicar. Una perspectiva que todo lo calma. No importa el caos que suceda en mi vida. Conocerle es un regalo y privilegio que todos tenemos.

​​​Tan complejo, que por eso cuesta creer que es casualidad. Eso requiere mucha más fe. Piensa que entender el universo, la realidad y a Dios, requiere mucha información, y capacidad de procesamiento que nosotros no podemos tolerar. Entonces, entender a Dios, es un ejercicio que comienza por relacionarnos con Él y su creación.

Dios quiere relación, no religión. No importa tu pasado ni tu desempeño—importa su amor constante. La suprema ética de Dios es la del amor. Es lograr la alineación emocional y espiritual en el amor.


Este consejo es difícil porque implica morir a ti, a todo eso que te hace mal. A tus prejuicios, a tus percepciones, a tus dolores en el corazón. Por momentos será fácil mezclar otras supuestas verdades. Piensa que es fácil golpear una cosmovisión; lo difícil es proponer otra que responda con verdad y coherencia a las cuatro preguntas inevitables: origen, sentido, moralidad y destino.

Por eso, incluso con la verdad en frente te puede costar creer y relacionarte con Dios. Si tu corazón esta listo, no entenderás, así sea obvio. Pues esto implica confiar, tener fe, perdonar y amar a Dios, todo balanceado con nuestra relación con nosotros mismos y las demás personas.  Tu fe no es anti-intelectual: es una estructura que integra datos, razón, experiencia y significado.


Mi conclusión: 

Este capitulo no es para ti, es para mi. Pero si quieres, repite conmigo: Papá Dios, gracias por ser y hacer. Gracias por amarme y perdonarme. Hoy te entrego lo que soy, con lo bueno y lo malo. Te entrego lo que tengo y lo que quiero tener. Sólo te pido que no me sueltes, y que me sigas amando. Que me llenes de tu amor en todas tus facetas, en esta vida y en la eterna. En el nombre de Jesus, Amén.

 
 
 

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Fotografía y contenido original.

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